La
Biblia dice que el Señor es quien llama al ministerio pastoral, el apóstol
Pablo dice en Efesios 4:11-12: Y Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a
otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo. Siendo entonces un encargo del Señor, aquellos que fueron
honrados para servir en el sagrado oficio pastoral deben tener las condiciones
espirituales que los califiquen y entre las cualidades que deben destacar es la
transparencia, la honradez y el no hacer abuso de su investidura.
Lamentablemente muchos que están en autoridad andan más familiarizados con el
mundo y lo evidencian por su inclinación a irse en contra de la voluntad
divina, deshonrando a Aquel que los llamó.
Este
libro trata precisamente de cómo el santo oficio cuando es ejercido por hombres
incapaces de andar en santidad puede ser afectado cambiando las motivaciones
meridianas en oscuras pretensiones, ofensivas a Dios. De esta manera se puede
enviciar la obra del Espíritu teniendo objetivos y derroteros inciertos que sin
duda harán daño a la iglesia.
No
obstante, cuando hay corazones que se humillan y buscan a Dios sinceramente su
manifestación imprevisible se ha de hacer patente para obrar cambios
sustanciales que darán dirección y propósito a su obra. No pretendo dejar la
impresión de que las denominaciones cristianas están contaminadas, no es ese el
propósito de esta obra, y aunque pueda haber líderes que estén ennegreciendo el
accionar del Espíritu, habrá una reacción contraria que clamará por un cambio
necesario para que la iglesia no sucumba y se marchite como la higuera a la
cual el Señor maldice para que nunca más produzca fruto.
Sólo
deseo que Dios mantenga en la memoria de los pastores la importancia de su
misión y lo sagrado de su propósito y no se conviertan en mercaderes de la fe
que es como una tendencia creciente que está tentando y cautivando el interés de
muchos para sumirlos en los deleites temporales de la carne.
Que
Dios permita que las iglesias se mantengan puras y en santidad y los pastores
igualmente ejerzan la autoridad conferida por Dios con el temor y la reverencia
requeridos para beneficiar a la iglesia, llamada a ser columna y baluarte de la
verdad.
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Walter Delgado es pastor de la iglesia Alianza Cristiana y Misionera del Perú. Nació en Noviembre de 1960 en Lima, estudió en el Seminario Bíblico Alianza y también realizó una Maestría en Teología Pastoral en la Facultad Teológica de la Alianza (FATELA). Ejerció el ministerio pastoral desde el año 1992 en Huánuco, Cañete, Cusco y Lima. Actualmente realiza su labor pastoral en la Comunidad Cristiana Renacer, una comunidad virtual en la que los creyentes se reunen a orar y realizar estudios de la Biblia. Casado con Llermé Igarce, tiene tres hijos: Claudia, Jason y Joel. Es autor también de los libros "100 Sermones de Vida", "Las Obras de la Carne", "El PC de Pepe", "Un Diálogo Sincero", "La Fe de Christian" y " Una Llamada desde el Cielo" y "La Misión de Juan", libros digitales importantes para el desarrollo y crecimiento espiritual.
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